López Simón salió en hombros de la plaza de toros de Ledesma. El torero de Barajas cortó tres orejas y se impuso en el mano a mano con Sebastián Castella. El torero francés pudo también lograr el triunfo, pero el fallo con la espada se lo impidió. Se lidió una corrida, manejable, de extraordinaria clase y calidad en conjunto, de El Pilar.
Lo más destacado de la tarde ocurrió en el sexto, un toro de El Pilar que sería ovacionado en el arrastre. López Simón vio claras las buenas condiciones del toro, a pesar de su comportamiento durante los primeros tercios, y lo toreó sobre ambas manos, con firmeza y encaje. Tras una estocada, cortó las dos orejas.
Había paseado una oreja del segundo de la tarde, con el que destacó al natural en una labor bien estructurada, que había tenido además un notable epílogo con el toreo de capa. El cuarto fue un toro con menos transmisión y aunque el diestro madrileño hizo un esfuerzo con él, no pudo conseguir trofeo. Saludó una ovación.
Sebastián Castella no pudo brillar con el primero, un ejemplar deslucido ante el cual solo pudo mostrar su oficio. Habría paseado una oreja, pero el fallo con la espada eliminó esa posibilidad. El tercero se lastimó y tuvo que ser apuntillado, así que el torero francés corrió turno y salió otro toro de la ganadería titular. El viento molestó, pero Castella se impuso con seguridad en una faena de dominio que se vio sin premio, de nuevo, por el fallo con el acero. El quinto tuvo poca transmisión y fue el torero el que lo puso todo, tras brindar a Alberto Revesado. Buena labor, que no fue refrendada con el acero.
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